Música "A la Chilena" para corno Inicial. Por Camilo Leal

01.03.2022

Siete Piezas para Corno Francés Inicial y acompañamiento de Piano o Guitarra

El material que se producirá y utilizará en la experiencia formativa en este proyecto consiste en siete piezas sencillas y cortas para corno francés inicial con acompañamiento de piano o de guitarra, inspiradas en ritmos de las diversas tradiciones latinoamericanas.

Fueron compuestas, en su mayoría, durante 2013, período en el que me encontraba realizando mis estudios de Maestría en Educación Musical, con concentración en la interpretación del Corno Francés, en la Universidad de Florida, en Estados Unidos. En ese período, era alumno de corno del profesor de corno y compositor Dr. Paul Basler, en cuyo estudio tenía la posibilidad de tener a un pianista (el mismo Dr. Basler) a disposición tanto para ensayar diverso repertorio, como para probar mis pequeños intentos de componer los acompañamientos de piano.

La idea de un set de pequeñas piezas para corno inicial en aire latinoamericano fue la conclusión de una línea de pensamiento que venía desarrollando desde un par de años antes de ir a estudiar a los Estados Unidos. Como instructor de Corno Francés del Colegio de Artes Claudio Arrau de Coquimbo, había experimentado de primera mano la carencia de repertorio disponible, al menos en Chile en ese momento, para corno de nivel inicial. Es común que en una escuela púbica, sin un exceso de recursos, se cuente con unos pocos instrumentos, los que pueden ser usados por los estudiantes casi exclusivamente en sus lecciones individuales o grupales de instrumento. En ese contexto, tienden a producirse diferencias en el ritmo con que los distintos alumnos avanzan en el instrumento, lo que implica que, si el repertorio utilizado se mantiene en un nivel inicial, aquellos estudiantes que han avanzado más rápido podrían perder el interés. Al contrario, si se decide avanzar a un repertorio de mayor dificultad, se corre el riesgo de que aquellos estudiantes que requieren más tiempo para consolidar su técnica se frustren ante los nuevos desafíos.

Mi primer intento de resolver este problema fue escribir arreglos para ensamble de corno en el que las diferentes partes tuviesen distintos niveles de dificultad, permitiendo así a los estudiantes con distintos niveles de desarrollo técnico, el participar como pares en una experiencia musical. Este último concepto es clave, ya que el aprender un instrumento adquiere valor en la medida en que nos posibilita la participación en el acto social que es hacer música. A partir de esta idea, continué reflexionando acerca de mi necesidad, como profesor, de poder acceder a material pedagógico que abordase la enseñanza del instrumento desde la participación musical, en especial en la etapa inicial, en que la adquisición de las bases técnicas de la ejecución del instrumento pueden sentirse algo monótonas.

Un método inicial que siempre fue de mi agrado y al que comencé a regresar de cuando en cuando, fue el Elementary Method for the French Horn, por David Rattner. Este fue el primer método que estudié de comienzo a fin cuando estaba aprendiendo el instrumento en mi primer año de universidad. Este método contiene 25 lecciones con ejercicios muy sencillos, muy progresivos y con mucha música, comenzando con la única nota repetida mi mi mi mi miiiii, para luego introducir el fa de la misma manera. Cuando lo analizo, me doy cuenta cada vez que una persona podría partir estudiando este método casi sin saber nada del corno y en un período de algo así como 1 año, tocar bastante música en una octava completa del instrumento. Amo este método, pero no a todos les atrae tocar el instrumento solo. Las primeras melodías que incluye este método son las mismas que innumerables libros para corno inicial: María tenía un corderito y la melodía de la Sinfonía n 9 de Beethoven. Si bien, también adoro estas melodías, se me ocurrió: si lo que estas melodías buscan es que el estudiante utilice sus primeras 3 o 5 notas y ritmos aprendidos en un contexto musical con la simplicidad suficiente para ser exitoso ¿no podríamos utilizar en vez cualquier otra melodía con esas características?, y de ser así, ¿por qué no música que sea identificable con las sonoridades de nuestra región?

Es así como finalmente me propuse crear melodías muy sencillas, que contuviesen desde 2 hasta unas 6 notas, con ritmos sencillos (no necesariamente desde lo conceptual de la lectoescritura, pero por nuestra familiaridad con estos patrones a través de las músicas latinoamericanas), con un acompañamiento, primero de piano, que aportase a la complejidad del juego musical, permitiendo al cornista inicial el poder participar de la actividad musical aún cuando recién se está introduciendo a la ejecución del instrumento. Esto se puede observar en el Trote, en que el corno solo tiene 2 notas distintas (mi y re), pero en el que el piano aporta todo un contexto en el que las pocas notas del corno adquieren un sentido musical.

El resultado fue el set de 7 piezas, inicialmente con el acompañamiento de piano. Cuando se dio la oportunidad de postular al proyecto que finalmente me permitirá mejorar, usar y difundir este material, se me ocurrió agregar algo que también venía pensando de hace tiempo: Versiones para el acompañamiento de guitarra, con acordes gráficos en la manera de los cancioneros populares. Esto viene a tender más puentes y a reducir los obstáculos para acercar la música que las niñas y niños aprenden en la escuela y las músicas y sonoridades con las que interactúa en su espacio familiar y comunitario. No todos tienen acceso a un piano o un pianista y, aunque la idea de tener los acompañamientos en archivos de audio que se pueden reproducir en cualquier dispositivo de audio permite que la estudiante simule una interacción musical, la mejor experiencia se obtiene al interactuar directamente con un acompañante. Una guitarra es bastante más accesible y es común que en las familias o comunidades de nuestros estudiantes haya personas que tocan guitarra en un nivel suficiente para poder realizar los acompañamientos al ver los acordes en el formato de cancionero y escuchar los ejemplos de audio para referencia.

Otro ejemplo que grafica este intento de tender puentes entre la escuela y la comunidad es la Cueca, pieza número 6 del set. En este caso, la pieza efectivamente tiene forma de cueca, por lo que se puede bailar. Esto implica que si alguien acompaña al estudiante en su casa o en un espacio de su comunidad, otras personas pueden participar bailando, lo que implica que la música que el niño aprende no es ajena a lo que se conoce en el hogar y en la comunidad ni tampoco es una pequeña cita a estas manifestaciones, sino que es completamente funcional al uso que normalmente se le da a la cueca en el contexto de las fiestas patrias. El ritmo de 6/8, que puede entenderse como conceptualmente complejo desde el punto de vista de la lectoescritura, es un ritmo con el que estamos bastante familiarizados en latinoamérica, ya que muchas manifestaciones musicales de la región se pueden entender desde ese metro.

Trutruca, la pieza número 4 del set, es un ejemplo de como otro elemento de complejidad (las alteraciones) pueden abordarse desde un punto de vista menos conceptualmente complejo. Se trata de una sección en que el gesto melódico se repite medio tono más abajo y luego medio tono aún más abajo. En este caso, el gesto de tocar todo medio tono más abajo es un ejercicio común en los ejercicios de calentamiento, en los que un arpegio se repite utilizando, en orden descendente, cada posición en el instrumento (abierto, dedo 2, dedo 1, etc.). De este modo, la pieza se puede abordar sin tener que explicar el concepto de alteraciones, el que puede ser aprendido en otra etapa del aprendizaje del estudiante.

Desde el equipo de este proyecto, esperamos que estas piezas y el material producido en torno a ellas, se convierta en material de uso común en la etapa inicial de formación de cornistas, ya sea que estos se dediquen luego al estudio del instrumento de manera formal o como aficionados. Después de todo, la música es de todas y todos y no solo de los especialistas.

Camilo Leal Molina, profesor, compositor